A la hora de diseñar y planificar nuestro jardín, hay un concepto que deberíamos tener siempre en cuenta: la xerojardinería. Se trata de crear jardines con pocas necesidades hídricas, para hacer un uso más racional del agua. Algo que es casi de obligado cumplimiento hoy en día. ¿Quieres saber cuáles son las claves de esta técnica de jardinería? Te lo contamos todo.
El agua es un bien escaso y muy preciado. Y así es como debemos considerarla en todos los aspectos de la vida. Por eso, en lo que al diseño de jardines se refiere, todos debemos conocer qué es la xerojardinería. Incluso estaría bien asimilar dicho concepto y ponerlo siempre en práctica. Elegirlo frente a otras técnicas de paisajismo con mayores exigencias de riego.
La xerojardinería se basa en un conjunto de técnicas que tratan de crear jardines que requieran poco riego. Esto es con poca necesidad de agua. Y también con un mantenimiento básico que emplee pocos recursos materiales.
El origen de la xerojardinería
En la creciente escasez de agua en determinadas zonas del mundo está el germen de esta técnica de jardinería. Fue en Estados Unidos, concretamente en el estado de Colorado. Allí se acuñó el término xerojardinería a principios de los años 80.
La creciente sequía que se vivía en aquella zona desencadenó todo el proceso. Responsables del Departamento de Aguas de Denver se unieron a los expertos de la Universidad Estatal de Colorado y a la Asociación de Paisajistas de Colorado para analizar el problema. Así llegaron a una conclusión clara: la jardinería y el paisajismo debía adaptarse a las nuevas circunstancias climatológicas, y no al revés.
Así nació el concepto de xerojardín, como aquel jardín en el que el uso eficiente del agua tiene absoluta prioridad. Se crearon organismos especiales y surgieron nuevos términos como xeriscape, que procede del griego xeros (seco) y del inglés landscape (paisaje).
Con el paso del tiempo el concepto de xerojardinería se fue extendiendo a otros estados norteamericanos y de allí a otros países hasta llegar al resto del mundo.
Las plantas del xerojardín
Que en los xerojardines se utilice el agua de riego de una forma racional no quiere decir que tengan que ser lugares feos y de aspecto seco, llenos de cactus, crasas y chumberas, y sin nada de césped ni flores.
Un xerojardín puede acoger cualquier tipo de planta, siempre que sea tratada de una forma racional, y que se haga un uso eficiente del agua. Así, los xerojardines cuentan con una gran variedad de árboles y arbustos, y con pocas zonas de césped.
La mayoría de las plantas de un xerojardín, por no decir la totalidad, serán especies autóctonas, bien adaptadas al clima de la zona. Y, a ser posible, serán plantas con pocas necesidades hídricas.
Las 7 claves del xerojardín
Los expertos de EE.UU. en jardinería y paisajismo establecieron los siete principios fundamentales en los que se basa la xerojardinería.
- Planificación y diseño adecuados. Además de conocer las características y exigencias del terreno, se han de estudiar otros aspectos como el clima, la disponibilidad del agua para el riego, etc.
- Análisis del suelo. Aporta datos interesantes a la hora de elegir las plantas.
- Selección adecuada de las plantas. Optar por especies autóctonas con baja necesidad hídrica.
- Reducción de las zonas de césped. Por sus alta exigencia de riego y mantenimiento, el césped se limita a espacios pequeños situados en las zonas más vistosas del jardín.
- Uso de sistemas eficientes de riego. Como la microaspersión y el goteo, que aprovechan al máximo el agua de riego sin desperdiciar ni una gota.
- Uso de acolchados o mulching. Cubrir el suelo con plantas o materiales sirve para protegerlo y para mantener su humedad.
- Mantenimiento adecuado. Además de elegir las plantas adecuadas y el sistema de riego más eficiente, el xerojardín ha de caracterizarse por el respeto al ecosistema. Por eso, se procurará no utilizar elementos químicos en su mantenimiento, como son la mayoría de los productos fitosanitarios, abonos, fertilizantes o insecticidas. La alternativa está en buscar opciones ecológicas para mantener el jardín en perfecto estado.
Suelos y pavimentos
Ya sea en las zonas de paso o también en los rincones en los que hay plantas, proteger los suelos con determinados materiales será una solución muy eficaz para mantener la humedad todo lo posible. Y también aportará un toque decorativo.
Hay muchos materiales adecuados que puedes elegir para acolchar o tapizar el suelo de tu xerojardín. Destacan los cantos rodados, que te ayudarán a delimitar zonas específicas. También la corteza de pino es un buen material, o las gravas decorativas. Estos materiales, bien combinados, ayudan a crear contrastes de color con las plantas.
Después de leer todas estas interesantes características de la xerojardinería, ¿no te parece que es la mejor técnica de paisajismo para planificar un jardín doméstico esté donde esté?