Paredes con una relajante paleta de colores

Aquí hallamos otro aspecto importante: qué color elegir para las paredes. Es el que va a marcar un poco la tendencia cromática de la habitación, así que queremos acertar. Necesitamos que sea suave, tranquilo, pero también queremos que tenga personalidad.
Pues bien, en estos casos es mejor optar por la serenidad. Elige siempre tonos suaves y muy serenos, que favorezcan el descanso. Queda genial cualquier tono de la gama de los beige, cremas, vainilla… Y también el blanco.
A mí, personalmente, me encantan los colores fríos en los dormitorios: la gama de los verdes, los grises y los azules, por ejemplo. Creo que transmiten serenidad y tienen ese punto original que tanto nos gusta.
En cualquier caso, huye como alma que lleva el diablo de los colores intensos, demasiado estridentes. En un momento de debilidad te pueden parecer realmente bonitos, y puede que lo sean, pero a la larga te arrepentirás de haber tomado esa decisión y tendrás que volver a empuñar el rodillo. Los colores muy fuertes en las paredes del dormitorio terminan por activar, en lugar de relajar, y no es eso lo que buscamos en este espacio.