De todos los tipos de pavimentos que podemos elegir para nuestra casa, los suelos de parquet son de los que más triunfan. Y no es raro, ya que la madera aporta un toque cálido y acogedor, difícil de conseguir con otros materiales. Además, cuenta con el aliciente de mostrar una belleza muy natural. Hoy te contamos cómo puedes cuidarlos.
Los suelos de parquet son unos de los pavimentos más decorativos para cualquier casa, ya sea en el campo o en la ciudad. Son cálidos, bellos, naturales… Sin embargo, la madera no es un material demasiado resistente. En realidad, sí lo es pero requiere de ciertos cuidados sin los cuales se estropearía sin remedio.
Por eso hoy queremos ofrecerte algunas pautas para que puedas cuidar de tus suelos de parquet y consigas mantenerlos como el primer día. ¡Verás como no es nada difícil! Solo tienes que interiorizar unos comportamientos y tomar ciertas medidas fáciles de poner en práctica.
Los suelos de parquet de madera maciza
Antes de plantearte cómo debes limpiar y mantener tu nuevo suelo de madera, debes estar completamente seguro de qué tipo de pavimento es. Si se trata de un suelo de parquet macizo, que puede ir pegado directamente sobre el suelo, los cuidados van a ser diferentes que si se trata de un suelo laminado.
En el primer caso has de tener mucho cuidado con la humedad. En general, la humedad no les viene bien a ningún suelo de madera, pero a este tipo de suelo les va aún peor, ya que se pueden combar las tablas. Lo mejor es que lo limpies con una mopa especial para suelos de parquet en seco, así recogerás el polvo y evitarás la humedad.
Los suelos de parquet flotante
Son los más resistentes, aunque no conviene tampoco mojarlos demasiado. Hay que tener la precaución de no arañarlos. Para eso, sustituye el recogedor y el cepillo por el aspirador (eso sí, coloca la boquilla especial para parquet, que suele llevar un cepillo para no rayar el suelo). No andes por la casa con calzado de calle, y menos con zapatos de tacón.
A la hora de limpiar este tipo de suelos evita los productos agresivos. Basta con pasar el aspirador a menudo y fregar de vez en cuando (con una vez a la semana o cada 10 días es suficiente) con un jabón neutro específico, escurriendo muy bien la fregona para evitar un exceso de humedad.
¡Ojo con la humedad!
Si quieres que tu parquet esté perfecto durante mucho tiempo, ten cuidado con la humedad. Es uno de sus principales enemigos, así que ve tomando algunas precauciones. De lo contrario puede ocurrir que se levante y hasta que se lleguen a pudrir las tablas. Es importante no fregarlo muy frecuentemente. Nada de hacerlo a diario, como mucho una vez a la semana. Y cuando lo friegues, procura escurrir muy bien la fregona, para no humedecerlo demasiado.
También es importante tratar de mantener en casa una humedad constante y una temperatura más o menos estables, sin cambios bruscos que podrían afectar al suelo de parquet.
¿Se ha mojado el parquet por accidente? Esto es lo que tienes que hacer: sécalo inmediatamente para que no se filtre el agua al interior. Lo primero de todos es quitar el líquido de la superficie. Después seca la humedad que se haya podido filtrar ayudándote, por ejemplo, con un secador de pelo. Si a pesar de tomar estas medidas, tu suelo de parquet se ha estropeado, la solución pasa por recuperarlo con un buen acuchillado y posterior barnizado. ¡No hay más remedio!
Lo que más los estropea
Además del exceso de humedad del que ya hemos hablado, otra de las cosas que más estropea los suelos de parquet es la arenilla y el polvo. Para evitar que lo arañen demasiado, es importante poner un felpudo a la entrada de la casa y procurar no andar con el calzado de la calle. ¡Los zapatos de tacón están totalmente prohibidos!
También es necesario proteger las patas de las sillas y sillones y de otros muebles de arrastre que rayan el suelo. Puedes comprar protectores de fieltro y adaptarlos a las patas de tus muebles.
¿Cuánto dura un suelo de parquet?
Igual que con el tema de la limpieza, el tiempo que duran estos suelos estará en función del tipo del que se trate, Por ejemplo, la tarima de madera puede renovarse cada 10 o 12 años. Además, admite numerosos procesos de lijado o acuchillado y barnizado.
Por otra parte, los suelos de parquet flotante tienen una vida de aproximadamente 25 años, aunque pueden acuchillarse y barnizarse cada 10 o 12 años. En el caso de los laminados, pueden durar hasta 20 años sin necesidad de ser acuchillados ni barnizados.