Me encanta el color azul, en todas sus tonalidades y el algo que se nota a mi alrededor porque muchos de mis objetos son de ese color. Por eso cuando veo objetos como éste que además son muebles con historia, con vida se me enciende la bombilla y pienso en hacer uno similar.
Se trata de un aparador clásico, que era de color blanco, aunque por la imagen parece que ese tampoco era su color original sino que fue pintado en su día. Ahora, una vez más, ha sido sometido a un cambio de look y pintado en color azul celeste con los pomos en blanco o en madera clara, no lo apreciamos muy bien. El detalle del tablero me ha encantado porque se trata de calendarios antiguos que han sido pegados y seguramente lacados, un guiño al paso del tiempo que ha pasado por él, o así al menos lo interpreto yo.
El proceso imaginamos que ha sido el habitual: primero lijado y tratado de la pintura y después pintado. En este caso seguro que el lijado no ha sido muy sencillo ya que al tener una capa anterior de pintura (quizá alguna más) se habrá tenido que emplear bastante tiempo incluso utilizando una lija eléctrica.
En el plano detalle con el aparador ya pintado vemos que no hay ni un resto de pintura, ningún trozo de pintura anterior que resalte, nada que no nos haga pensar que no es nuevo. Los pomos anteriores fueron sustituidos por otros, quizás por la dificultad de conseguir un trabajo apurado.
El resultado es un mueble renovado pero con guiños a la historia que por él ha pasado.
Vía: Design Sponge