Los recibidores que se han de ubicar en un pasillo, especialmente aquellos que además deben instalarse en pasillos estrechos, presentan una gran dificultad a la hora de decorarlos. La primera de las dificultades con la que nos encontramos al decorar o habilitar este tipo de recibidores es la imposibilidad de colocar muebles. Sin embargo, el caso no está perdido…
Antes de comenzar a decorar debemos tener en cuenta una «norma»: cuanto más estrecho sea el pasillo en el que se encontrará el recibidor, más despejada deberá estar la zona.
Son dos los motivos fundamentales que nos obligan a tener muy en cuanta esta regla. El primer motivo es cuestión de funcionalidad, si el pasillo es estrecho y encima está cargado de muebles y elementos decorativos, la comodidad y funcionalidad desaparecerán. El segundo motivo es cuestión de estética, cuanto más despejada esté la zona, mayor sensación visual de amplitud.
Colocar muebles grandes y aparatosos, en estos casos, no es viable. Si necesitas una zona en la que dejar las llaves, el bolso y todo eso que llevamos siempre encima y es necesario tener a mano al entrar y salir de casa, deberás apostar por un estrecho estante, un banco también muy estrecho, etc.
Ante este tipo de pasillo, hemos de optar por añadir gracia y encanto a través de la decoración aunque, sin perder metros cuadrados. Para conseguir este cometido, nuestros mejores aliados serán: la pintura, el papel pintado, los vinilos decorativos, los cuadros, los espejos, pqueñas cestas en el suelo, percheros de pared o colgadores… Todos estos elementos añadirán a la decoración un ‘toque’ original y personal.
Teniendo en cuenta todos los consejos anteriores, si te enfrentas a la decoración de un recibidor en el pasillo, seguramente el resultado sea ideal.