A veces quedamos cautivados por el estilo de un ambiente o de un interiorismo. Sin saber muy bien las razones. Quizá la explicación sea que no hay nada muy definido en él. Más bien lo contrario, detectamos mezclas decorativas que dan una identidad singular al espacio. Los híbridos resultan enriquecedores. Dan libertad para elegir entre estéticas muy diferentes. Casi todos funcionan siempre que se cumplen ciertas normas. Te las cuento.
Es muy posible que nuestros espacios domésticos exhiban mezclas decorativas de esos estilos por los que sentimos debilidad. Puede que ni siquiera seamos conscientes de ello. O sea la elección que más nos va para evitar normas y reglas a la hora de decorar. Ideal para encajar muebles difíciles o experimentar con combinaciones que de otra manera no tendrían cabida. A pesar de esa libertad, hay ciertas directrices que conviene seguir para presumir de esos espacios.
Mezclas decorativas: algunas normas de oro
De acuerdo que las mezclas decorativas pueden ser maravillosas. Yo estoy convencida. Pero también nos pueden dar algún que otro disgusto si no barajamos ciertas directrices. Son de gran ayuda para no caer en tentaciones estéticas equivocadas.
Primera norma invisible pero muy muy valiosa. Conviene evitar un exceso de mezclas decorativas. Es decir, nada de abusar combinando todos los estilos que están en nuestra lista de favoritos. Por mucho que nos gusten. En el mundo de la decoración y el interiorismo el equilibrio lo rige todo. De manera que la mejor apuesta es jugar con dos estilos si queremos huir de ambientes con mucho ruido estético. O lo que es lo mismo, innecesariamente recargados.
Lo ideal es dejar que uno de esos estilos marque el look del conjunto, que predomine. Y el otro mejor usarlo en un segundo plano, sin que ello signifique que no cumplirá un papel importante. Con él podemos singularizar la decoración, jugar con detalles diferenciadores.
Ambientes nórdicos que presumen de color
Como te decía al principio, casi todas las mezclas decorativas dan excelentes resultados. Creo que incluso son capaces de mejorar con creces un estilo al que en un momento dado le puede faltar una chispa innovadora. Un soplo de aire renovador. Pues esto es lo que le pasa a uno de los que más adeptos tiene en el mundo de la decoración de interiores: el estilo escandinavo.
Le he dedicado muchos posts porque es uno de mis favoritos y por su capacidad para no pasar de moda. ¿O no? A la mayoría de sus incondicionales nos encanta el aire de los muebles nórdicos, sus acabados imperfectos y su gama de tonalidades: blancos luminosos, grises plateados, tonos pastel… Sin renunciar a su alma, podemos probar a teñir este estilo con colores muchos más vitales, que no figuran en su ADN.
¿Qué tal mezclarlo con la paleta cromática propia de un estilo juvenil? En él tienen cabida tonos sumamente alegres y enérgicos, como amarillos y naranjas. Pueden ser una baza fantástica para que un salón de estilo nórdico gane en frescura, y que de repente sea un espacio más vivido.
Industrial y retro: el matrimonio feliz
A veces las mezclas decorativas son un éxito por lo que tienen en común los estilos que elegimos para vestir la casa de arriba a abajo, o para definir zonas comunes. Por su capacidad para complementarse a las mil maravillas. El ejemplo más claro lo encontramos cuando unimos los estilos industrial y vintage. Creo que forman un maridaje casi perfecto. Y hay una explicación muy sencilla: estas dos corrientes proponen lucir estructuras arquitectónicas, se recrean en su aspecto y las convierten en elementos relevantes de la decoración. Vigas de hierro o madera en los techos, gruesas tuberías recorriendo los espacios y pilares a la vista.
Por otro lado, cualquier mueble de estilo retro puede encajar a la perfección en un espacio diáfano, o en un salón ambientado con un estilo industrial. La sintonía será casi total y por tanto podemos atrevernos a combinarlos con garantías de éxito. Por ejemplo, sillas y mesas vintage para equipar cocinas revestidas con materiales industriales, como el acero y el hormigón. Un cóctel muy bien resuelto.
Minimal y natural: un gran maridaje
Hay mezclas decorativas que son muy evidentes. Y sin embargo otras no, incluso a primera vista nos pueden parecer incompatibles, prohibidas. Es lo que pasa cuando nos atrevemos a combinar el estilo natural con el minimal. Los ambientes donde predominan las maderas claras y los tejidos naturales, adquieren una imagen más moderna si añadimos muebles de líneas depuradas y materiales y colores propios del estilo minimalista, como el vidrio y el blanco.
Así pues, adelante también con este maridaje decorativo, que podemos reservar para las estancias más privadas o de relax. Nuestro dormitorio, el cuarto de invitados, una zona de tertulia, etc.
Botánico y upcycling: una fórmula a explorar
Como decorar también es sinónimo de explorar, merece la pena apostar por mezclas decorativas un tanto arriesgadas o inéditas. Dar una oportunidad a esos estilos o tendencias que acabamos de descubrir y que nos parecen un gran fichaje para nuestro universo decó, e incluso como un estilo de vida. Tal vez nos guste la estética botánica para introducirla en espacios puntuales de casa. Apostar por sus papeles pintados tan expresivos y sus textiles.
Su mejor compañero decorativo puede ser la tendencia upcycling, ideal para crear espacios únicos mediante muebles y piezas creadas a partir de objetos inservibles o sin uso. Es cuestión de experimentar.
¿Ya tienes tu mezcla favorita?