Cuando era pequeña y con mi familia íbamos a la playa, me quedaba embobada mirando los balcones. La mayoría de ellos tenía las toallas de la playa secándose, pero lo que más me sorprendía ver era esa colección de horribles platos colgados en el balcón, todos ellos souvenirs de sitios donde habían veraneado. Muy feo.
Pero esta costumbre no es tan horrible si se deja en las manos adecuadas y lo voy a demostrar. Colocados sobre la mesa del comedor o en la cocina, quedan elegantes con un toque renovadamente original.
El fotógrafo David Prince ha encontrado un enfoque muy interesante, con la pared negra y unos platos en blanco y negro con ilustraciones. Incluso incluyendo platos blancos y comunes que ya casi no se usan en las casas, el resultado es elegante.
Colocados sobre la pared, entre dos lámparas y formando una figura, son hasta majestuosos. Los colores suaves cómo el crema, combinados con los modelos alargados, forman un contraste armonioso. No sabría en que estilo clasificar la decoración, ya que tiene referencias de muchos estilos.
Aquella vajilla de estilo victoriano que guardaba la abuela para las ocasiones especiales, también queda muy bien sobre la pared, ya sea en un grupo uniformado con platos ovalados o, dispersos sobre el marco de la puerta.
El ejemplo que construye frases a través de los platos y su colocación sobre la pared, me parece mejor opción que cualquier cuadro con refranes.
Este ejemplo se puede aplicar en nuestra decoración, si encontramos los platos adecuados. Si no lo hacemos de la forma correcta, el resultado puede ser todo un despropósito y guardar similitudes con los balcones de mi infancia.
Idea original: sfgirlbybay