Ahora que las temperaturas están empezando a bajar y que el frío se acerca sin tregua, nos acordamos con nostalgia de los días de verano, que tan lejanos nos parecen ya. Sobre todo, echamos de menos los momentos de diversión al aire libre. Sin embargo, hay formas de seguir disfrutando del jardín. Tan solo necesitas una buena estufa de exterior y una manta calentita.
Hace algunos años las estufas de exterior eran algo poco frecuente en nuestro país. Cuando llegaba el invierno y los días fríos, simplemente se terminaba la temporada para disfrutar del aire libre y todos nos metíamos obedientemente dentro de las casas.
Sin embargo, hoy las estufas de exterior son un elemento muy apreciado, ya que nos regalan mucho más tiempo de disfrute en el jardín, en el porche o la terraza. Así que, si quieres seguir viviendo intensamente los espacios exteriores de tu casa, no lo dudes. Hazte con una buena estufa de exterior y resístete a meterte dentro de casa.
Hoy te contamos algunas claves interesantes que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un sistema de calefacción para el exterior, ya que existen diferentes tipos, según el espacio que quieras calentar y el combustible con el que funcionan. Con cualquiera de ellos podrás seguir disfrutando de tu jardín en otoño.
Cómo elegir una estufa de exterior
Una de las formas, seguramente la más práctica y la más eficaz, de seguir aprovechando el exterior de tu casa cuando llega el otoño es instalar una estufa. De esta manera podrás calentar un poco la zona, para no tener que renunciar a estos rincones hasta la primavera que viene.
Puedes optar por una estufa a gas, por un calefactor eléctrico o por un radiador halógeno. Estas tres opciones son las más frecuentes y adecuadas para un uso doméstico y también para calentar espacios no demasiado grandes. Eso sí, tendrás que ponerlos cerca de la zona de estar, para aprovechar al máximo el calor que emiten. Y tampoco te vendrá mal hacerte con alguna manta suave y amorosa para abrigarte. Déjala sobre los sillones y, además, le darás un toque cálido a la decoración. Todas las firmas de decoración tienen un montón de modelos para elegir.
En cuanto a las estufas que funcionan a gas, son una buena alternativa para esos espacios en los que no se tiene cerca una toma de corriente.
Las estufas de gas, una buena opción
Son esas estufas tan características de los espacios exteriores que van equipadas con una especie de sombrerillo. Las hemos visto muchas veces en la calle, sobre todo en restaurantes y cafeterías con terraza al aire libre. Funcionan con propano (o eso es lo que recomiendan por lo general casi todos los fabricantes), ya que el este tipo de gas es más eficiente que el butano y funciona mejor que este a bajas temperaturas como las que alcanzan estas estufas. Además, son limpias y cómodas de usar.
Tan solo hay que tener la precaución de encenderla siempre en espacios que estén bien ventilados, por motivos de seguridad. En función del modelo que elijas, una de estas estufas puede calentar una zona de hasta 30 metros cuadrados, y suelen tener una autonomía de entre 12 y 19 horas, lo que no está nada mal. Además, como son portátiles podrás trasladarlas sin problemas de un lugar a otro para utilizarlas en cualquier lugar u ocasión.
Lo mejor para aprovechar al máximo las prestaciones de la estufa es comprar un modelo que lleve incorporado un regulador de llama, para así poder ajustarlo en función del calor deseado. De esta forma controlarás mejor la calefacción, dependiendo de la temperatura exterior.
Valora también otras alternativas
Sin embargo, para calentar otro tipo de espacios, también exteriores, como un porche en el que sí dispones de tomas de corriente, quizá te venga mejor un sistema de calefacción eléctrico. Existen dos opciones muy interesantes.
La primera son los halógenos de onda corta, muy eficientes desde un punto de vista eléctrico. Se trata de aparatos que emiten calor por rayos infrarrojos y calientan directamente el objeto, más que la zona de estar.
También tienen la ventaja de que son muy limpios y respetuosos con el medioambiente, ya que no generan residuos de ningún tipo. Los encontrarás para instalar en la pared, en el techo o de pie, y con ellos podrás caldear desde 7 metros cuadrados hasta 15 metros.
Hay otras opciones para caldear espacios más grandes como garajes o sótanos. Se trata de calefactores portátiles que se enchufan a la red eléctrica y que no emiten gases. Además, están protegidos contra el polvo y el agua. Su principal inconveniente es su elevado consumo energético, aunque estas soluciones son más adecuadas para espacios de tipo industrial.
Elige la opción que más se adapte a tus necesidades y sigue pasando buenos momentos al aire libre también en otoño.