Ante la pregunta qué nos gustaría mejorar de nuestra casa, un gran porcentaje seguro que contestaríamos su distribución porque deja mucho que desear. Un déficit bastante habitual en los interiores domésticos. Las distribuciones poco prácticas son una realidad a la que se puede hacer frente con soluciones bien meditadas. Como las que te cuento aquí.
¿Te acuerdas que te lo decía hace unos días? Puede que no vivamos en la casa de nuestros sueños. Pero eso no quiere decir que no nos encante como espacio. Ni que procuremos hacerla singular a pesar de las distribuciones poco prácticas. Organizaciones espaciales extrañas e incómodas, que complican su decoración y, por supuesto, aprovechar sus metros. Aunque la idea de poner solución suene a reto, merece la pena llevar a examen nuestras viviendas y apartamentos. Seguro que podemos conseguir una organización infinitamente mejor. Más funcional y moderna.
Distribuciones poco prácticas: acabar con el exceso de puertas
En las viviendas con distribuciones poco prácticas suele ser bastante normal encontrar un número desproporcionado de puertas y de habitaciones compartimentadas. Eso quiere decir que el conjunto de la casa ofrece una organización espacial bastante cerrada. Es decir, cero sensación de amplitud y metros desperdiciados en muchos puntos. Incluso visualmente parecerá más pequeña de lo que es y probablemente la luz natural no llega bien a todas las estancias.
Está claro que son distribuciones poco prácticas, y aunque es probable que nos hayamos acostumbrado a ellas, son muy muy mejorables. Es cuestión de darlas un giro en función de una serie de factores: nuestras necesidades funcionales, el números de actividades que solemos realizar en casa y los miembros que viven en ella. Todo ello cuenta para buscar la solución más adecuada.
Espacios abiertos y menos convencionales
Tal vez la mejor redistribución pase por plantear una organización bastante más moderna y poco convencional. Es decir apostar por interiores totalmente diáfanos o solo con los tabiques realmente imprescindibles, que permitan dar intimidad a las estancias privadas.
Y de paso aprovechar para invertir la ubicación de ciertas habitaciones. Quizá sea un buen momento para situar la cocina abierta junto a los ambientes donde más vida se hace, como la zona de estar o el comedor de diario. Sin duda ganaremos en comodidad, amplitud y luminosidad.
Adiós a los pasillos por todas partes
Otra escena frecuente es contemplar interiores domésticos con una sucesión de pasillos. Incluso puede que esta imagen se identifique totalmente con tu casa o la de un amigo. Aunque es más propia de las viviendas antiguas, lo cierto es que también la encontramos a menudo en las de nueva construcción.
Lo peor de tener pasillos por todas partes es el derroche de metros cuadrados que ello implica. Además, son espacios en los que no hacemos vida y que debemos iluminar con luz eléctrica. Y en ocasiones acondicionar con calefacción si la casa es fría. Es decir, todo muy poco práctico y alejado del sentido del confort y la funcionalidad que nos gusta sentir desde el minuto uno al abrir la puerta de nuestro hogar.
Una buena solución para acabar con estas distribuciones poco prácticas es decidir eliminar el mayor número posible de pasillos. Así rentabilizaremos sus metros, ganándolos a las habitaciones contiguas. Es otra manera de maximizar la superficie de las estancias domésticas.
Habitaciones con tamaños más equilibrados
A veces hablar de distribuciones poco prácticas hace alusión a las dimensiones de las habitaciones. Quien no ha vivido alguna vez en viviendas donde algunos espacios difícilmente llegaban a la categoría de estancia. Es una realidad más frecuente de lo que podamos imaginar. Y no resulta fácil encontrar la manera de acondicionar estos espacios. ¿Cómo aprovechar habitaciones tan diminutas? Es la gran pregunta de muchos.
Hay casas que están excesivamente compartimentadas, con habitaciones demasiado grandes y otras tan mini que impiden darles un uso específico. Nada como replantearnos si realmente necesitamos todo ese número de espacios. Puede que lo más funcional sea organizarlos de otro modo más inteligente para el día a día.
Es decir, jugar con ellos según nuestras necesidades. Por ejemplo, utilizando las estancias diminutas para ampliar las habitaciones principales. Seguro que encontramos mil manera de optimizarlas: ganar metros y añadir estilo a tu salón pequeño, crear un vestidor anexo al dormitorio, etc. La decoración también se beneficiará del cambio. Los muebles quedarán más equilibrados y habrá más armonía en los ambientes.
Nueva vida para los espacios que no funcionan
¿Y qué hacer con los espacios que no funcionan en casa? Me refiero a esos cuartos auxiliares a los que nos empeñamos en dar una segunda y tercera oportunidad sin éxito. Bastará con adjudicarles otro uso y empezaremos a optimizarlos como estancias más cómodas e integradas. Si estudiamos detenidamente nuestra casa, es posible que demos con algún lugar así, al que no terminamos de sacar partido.
Quizá sea la terraza de la cocina, en un principio pensada como lavadero y finalmente convertida en un espacio exterior un tanto caótico. En este proceso de cambio puede transformarse en un comedor de diario de gran utilidad. Solo hará falta que lo equipamos debidamente, con muebles que no ocupen en exceso.
Como verás, acabar con las distribuciones poco prácticas permite dar otra perspectiva a tus interiores domésticos, hacerlos más a tu medida. Espero que encuentres interesantes estas soluciones. ¿Realizarías alguna en tu casa?