Los dibujos que hacen los niños inundan cada estancia de la casa. Por la cocina, por el salón, por su habitación. Ellos, orgullosos de su obra suelen ir a mostrársela a sus papás, a sus abuelos, tíos, hermanos, etc… pero cuando ya lo han enseñado y se disponen a hacer otro lo dejan por cualquier sitio.
Muchos padres directamente los tiran a la basura, una acción acompañada de la expresión: ¡siempre igual, papeles por todos lados!. Sinceramente no me parece una buena actitud, pero hay otros que le dan la importancia que se merece y, al menos por un tiempo, lo muestran en la nevera, en la chimenea, en la habitación, etc… es lo más común pero… ¿que te parece hacer un cuadro con esos dibujos? Un auténtico cuadro, con su marco y todo y su sitio en la pared.
Imaginaos un cuadro en el que vuestro hijo ha dibujado a todos los miembros de la familia, cogidos de la mano, mirando al frente y sonriendo. ¿Hay mejor cuadro que ese? Ninguna foto la puede igualar y quedará precioso en cualquier lugar.
Imagen: Pop Sugar