Se puede comer sobre arte. Y no, no nos hemos vuelto locas ni somos filósofas de repente. Lo cierto es que hay artistas que hacen posible cosas como ésa: comer sobre arte, sobre obras de arte. Y es que los siguientes protagonistas crean vajillas pintadas a mano y las convierten en auténticas obras de arte. Vamos, que da hasta pena servir cualquier comida dentro. Por eso, muchas veces terminan como un objeto de decoración más. Por que lo son. Porque dejan de ser vajilla y lo que se convierte en plato son los ojos de todos aquellos que se topan con estas maravillas.
¿Queréis saber quiénes son los ‘culpables’? Cuidado porque ya os avisamos que quizá, después de leer este artículo y conocer estas vajillas pintadas a mano quieras una encima de tu mesa del comedor, o en la pared, quién sabe.
Vajillas pintadas a mano de Nuria blanco
Es casi imposible no quedarse embobado viendo cómo esta artista madrileña pinta sobre la cerámica como si se tratara de un lienzo. Qué facilidad, qué delicadeza… Ya os la presentamos el año pasado con una entrevista (en el artículo El arte plasmado en las vajillas de Nuria Blanco, donde podéis ver más fotos) y desde que la conocimos (a ella y a sus platos) supimos que su carrera no iba a hacer otra cosa más que crecer y crecer. Es fácil saber cuándo una vajilla ha pasado por sus manos. Si hay un animal curioso o exótico en él, probablemente lleve la firma de Nuria. Loros, cocodrilos jirafas, caracoles, cebras, pingüinos… Y ninguno pintados de una sola pieza. Todos precisan de varios platos para completar su esqueleto, como si se tratara de un puzzle que crea un cuadro completo encima de la mesa.
Andrea Zarraluqui, decoración de lujo
El arte estaba ahí desde siempre, pero el mundo no se enteró hasta que Instagram lo publicó a voces. Andrea Zarraluqui ya cuenta 38’7k seguidores y sumando. Y no solo conquista las redes, sino las estancias de lujosos hoteles como el Hotel Santo Mauro de Madrid (donde se celebró la final de Máster Chef 2016 y aparecieron algunas de las cerámicas de Andrea. Ella misma lo publicaba entusiasmada en su cuenta de Instagram). Tiendas de Italia, Londres, Brazil o EEUU ya le han llamado interesados en vender sus platos. Pero por ahora, solo vende piezas sueltas en una pequeña tienda de la calle Santo Tomé (Madrid) que se llama Pinkoco.
Carlos Villoslada, platos que hablan
Cada plato es una declaración de intenciones. Sé que eres tú, vuela conmigo… Las golondrinas hablan y los nidos y las finas ramas, decoran. Las vajillas pintadas a mano por Carlos son obras delicadas y muy elegantes. Casi todos realizados con tinta negra sobre blanco, como si se tratara de un tatuaje en la cerámica. Su lienzo no son solo las vajillas sino también cojines, colchas, lienzos, bolsas o camisetas, entre otros. Os recomendamos seguirle en las redes sociales (sobre todo en su Facebook) donde encontraréis más obras e información sobre los puntos de venta.
Guille García Hoz, geometría matemática
Suena sorprendente pero, Guillermo estudió Ciencias Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid. Como leéis. Sin embargo, quien lleva un artista dentro… lo tiene. Imaginad la cara de sus progenitores cuando hijo matemático les anuncia que va a cambiar los números por el mundo del arte y la decoración. Pues resulta, que a pesar del susto, algunos años después, el plan no salió tan mal como pintaba (y nunca mejor dicho). Cursó la diplomatura de Diseño en Madrid y en Canadá y desde entonces, no ha parado. ¿Quién no quiere uno de esos animalitos geométricos encima de su mesa? Por cierto, podéis encontrarlos en su web oficial por 40 euros.
DeLuna Ceramics, atrevidas vajillas pintadas a mano
Las vajillas de DeLuna Ceramics no se cortan un pelo. Son atrevidas, eróticas y con mensajes provocativos e irónicos. Comenzó en 2009 como un proyecto expositivo de la artista Aintzane De Luna y hoy es una de las firmas de vajillas pintadas a mano más conocidas y valoradas. Las dos primeras obras que hemos elegido para enseñaros, son de la serie Sex, Drugs & Rock N’ Roll, una colección muy erótica y atrevida sin censura alguna. Cuestan 85 euros. Y la tercera (que nos encanta) es de la serie Revolución, je t’aime, una serie en la que personajes del clasicismo van acompañados de frases no muy apropiadas para su época. Cuesta 117.
Otras encantadoras vajillas pintadas a mano:
Los Platos de Pan
Vajillas de Lady Desidia
Vajillas de ultramar
Vajillas de Matilda
¿Qué os ha parecido? ¿Conocíais el arte de las vajillas pintadas a mano? ¿Qué artista os gusta más? ¿Conocéis algún otro que se nos haya pasado y podamos incluir en la lista? ¡Cuéntanoslo! Por último, si os ha gustado esta técnica, os recomendamos pasaros por la Galería Factoría, donde podéis encontrar decenas de piezas de cerámica únicas, incluidas las vajillas de muchos de estos artistas que os hemos presentado.