Con lo de piedra no nos referimos literalmente a vivir dentro de una cueva, sino en una casa son forma de piedra y apariencia de piedra, gigante, eso sí. Se trata de un diseño del arquitecto Andreas Angelidakis y se llama Menir House.
El interior tiene una ambientación geológica, muy «rústica» por así decirlo, y en el exterior podemos ver una especie de sombrilla o flor gigante. Esta flor tiene dos funciones: cuando hay sol adsorbe los rayos solares para transformarlos en energía, pero cuando hace viento o cuando cae la noche, se convierte en un aerogenerador. El número de pétalos o aspas puede varias y por tanto también variaría su precio.
No es una casa muy común y seguro que tampoco es barata, pero ser un concepto a tener en cuenta para crear las casas del futuro. En su web podemos encontrar más proyectos similares, absolutamente originales y abstractos, y también la primera edición de esta «casa menir».
Más información: Andreas Angelidakis
Vía: Yanko Design
Su aire clásico, fabricado en madero de roble macizo aporta un ambiente rústico a la estancia, acompañado por detalles como los tiradores envejecidos, los dibujos en la madera o las cestas de mimbre, que ponen la contraposición a la tecnología actual.
