Un jardín sostenible se caracteriza por el uso responsable y eficiente de los recursos naturales. Este tipo de jardinería se adapta al entorno, es decir, tiene en cuenta las condicionales ambientales del territorio. Para reducir el impacto ambiental se evita el uso de pesticidas tóxicos. Además de proteger el medio ambiente, los jardines sostenibles tienen la ventaja de ser de bajo mantenimiento. A continuación te mostramos como transformar tu jardín.
Xerojardinería
El objetivo de la xerojardinería es conseguir el uso eficiente del agua para crear espacios exteriores hermosos y sostenibles. El agua es un bien escaso que hay que racionar de manera eficiente. Este sistema de jardinera establece unas pautas en el uso del agua según el clima y tratando de elegir plantas autóctonas que se adaptan perfectamente a la zona. En un jardín sostenible se opta por sistemas de riego eficientes, utilización de técnicas que ayuden a preservar la humedad del terreno, como el acochado con distintos materiales: cantos rodados, corteza de pino…
Escoge un sistema de riego eficiente para conseguir un jardín sostenible
Un sistema muy útil para ahorrar agua es el sistema por goteo que proporciona a las plantas que agua que necesitan sin malgastarla. Mantienen un nivel adecuado de humedad en las raíces, evitando que se moje el follaje y que aparezcan hongos.
Otra solución es crear un jardín de agua: un espacio de tierra cultivada donde el agua de lluvia se absorbe y purifica por el filtro natural que es la tierra.
Una manera eficiente de ahorrar es recoger el agua de lluvia, puedes instalar un sistema en tu jardín, también puedes colocar recipientes cuando hay tormentas. Hay sistemas comerciales y caseros, como el sistema Ekomuro H20+ Tanque modular vertical para almacenar agua de lluvia reciclando botellas PET.
Una práctica recomendable es regar por las mañanas antes de que el sol caliente. De esta manera la tierra absorbe el agua, se hidratan las capas más profundas y se puede dejar más tiempo entre cada riego.
Reduce las zonas de césped
El césped necesita una gran cantidad de agua sobre todo en los meses de verano cuando hace más calor. Sustituye alguna zona de césped por superficies pavimentadas. En las zonas donde llueva bastante opta por materiales porosos que filtran el agua para evitar caídas y resbalones.
Apuesta por los suelos de gravilla. Es un material perfecto para un jardín sostenible, fácil colocar, no necesita mantenimiento y es adecuado para los accesos al jardín.
La corteza de pino es un material perfecto como acolchado para retener la humedad del suelo y evitar que se evapore rápidamente. En invierno se utiliza para proteger los cuellos de las plantas para que no se hielen. Este material resiste la acción del viento impidiendo la invasión de malas plantas.
Cultiva especies locales
Cultiva plantas autóctonas que al estar adaptadas a las características del suelo y del clima necesitan menos cuidados y están menos infectadas por plagas. Además a traen a polinizados por lo que promueve la biodiversidad y permite que el jardín sea más resistente a la sequía o a la inundación. Es una manera perfecta de conseguir un jardín sostenible bajo en mantenimiento.
Utiliza fertilizantes y pesticidas naturales
Para preservar la salud de un jardín sostenible y mantenerlo siempre verde es recomendable recurrir a fertilizantes y pesticidas naturales. Ayudarán a mantener los insectos y aportarán nutriente extras que ayudarán a las plantas a crecer sanas.
Haz compost. Una gran mayoría de la basura de los hogares se puede utilizar como compost. Si clasificas los residuos y transformas la materia orgánica en compost, no solo conseguirá nutrientes para las plantas, además reducirás mucho el nivel de basura.
Mejora la calidad del sustrato
Contar con un buen suelo será garantía de que las plantas crezcan sanas y fuertes y no necesitaras utilizar fertilizantes. De esta manera se tiene una óptima absorción y purificación natural del agua. Es un requisito necesario para contar con un jardín sostenible y de bajo mantenimiento.
El sustrato de las plantas debe estar compuesto de una combinación de turba reseca, vermiculita y tierra. La cantidad de cada elemento dependerá de las necesidades de las plantas que escojas para cultivar. Es aconsejable colocar una capa orgánica por encima para proteger el suelo de la acción directa del sol, además no permitirá el crecimiento de malezas.
Crea tu propio huerto
Cultivar tus propios alimentos conseguirá no solo comer más sano, sino que te dará una gran satisfacción personal. Te permitirá consumir verduras y frutas frescas sanas y libre de elementos tóxicos. Podrás crear un huerto en casa para cultivar plantas curativas como lavanda, camomila, salvia, caléndula, romero, aloe vera, tomillo, menta…
Apuesta por un jardín sostenible de bajo mantenimiento que hace un uso responsable de los recursos humanos protegiendo al medio ambiente.