Si eres un apasionado de la decoración, entonces te va a encantar echar un vistazo a esta casa en Estocolmo que derrocha emoción por los cuatro costados. Espacios evocadores y llenos de detalles, que no pierden la sencillez. Muebles con estilo, clásicos y cosmopolitas. Plantas que ponen el toque verde, y cuadros y libros sin medida. ¡Espectacular!
Decorar una casa no es solo pintarla, arreglarla, ponerle muebles y detalles. Es vivirla día a día. Es conseguir que refleje nuestra forma de ser y de entender las cosas esenciales de la vida. Y eso se consigue a través de los detalles, de objetos personales que cuentan mucho de nosotros, de aquellas cosas que nos gustan, que nos emocionan.. Es lo que han conseguido los dueños de esta magnífica casa en Estocolmo, que rebosa emoción en cada rincón.
Al ver las imágenes de sus interiores perfectos uno se da cuenta de que en ellos no falta ni sobra nada. Son redondos, completos pero sin excesos. Con carácter y personalidad, pero sin resultar estridentes ni extravagantes. Todo un ejercicio de buen gusto.
Una casa en Estocolmo con alma afrancesada
Puede que al saber que la residencia que te enseñamos hoy se localiza en Suecia hayas pensado que sería una muestra perfecta de estilo nórdico. Quizás esperabas encontrar paredes y techos blancos, muebles de madera clara y textiles de tonos pastel con estampados geométricos.
Pues ya ves que no es así. Esta casa en Estocolmo nos trae reminiscencias de las suntuosas viviendas francesas. Aquí y allá encontramos detalles de la elegancia que poseen los interiores decorados al estilo de París. Son responsable de esto la elección de los detalles, más que las líneas generales de la decoración.
Cuando tu casa habla de ti
El apartamento, que no es muy grande, se divide en dos áreas muy delimitadas: las zonas comunes, con el salón como espacio principal, y las zonas privadas en las que destaca el dormitorio principal.
Para la zona común del salón se eligió el blanco como color de fondo sobre el que establecer después otras combinaciones. Así las paredes son blancas, mientras que el color aparece en los textiles, en las tapicerías del sofá y las butacas, en los cojines, etc.
Las tapicerías son de terciopelo, quizás escogidas así con el objetivo de aportar una dosis moderada de clasicismo y elegancia. La nota de confort la pone la alfombra, mullida y suave.
Pero lo que realmente le da vida y carácter al espacio son los detalles. Los libros apilados en la estantería baja en la pared del fondo. Sobre ella se apoyan varios cuadros y fotografía enmarcadas de diferente tamaño que le confieren al salón una dimensión especial. Hablan de las personas que viven allí, de sus inquietudes e intereses. De todas las cosas que les apasionan.
También sorprende la presencia de las plantas en los interiores, tanto en el salón como en el dormitorio. Aparecen en maceteros de pie de madera o en contendores bellamente decorados. Imprimen al espacio un toque fresco y natural.
Colores bien escogidos
Si atendemos al lugar en el que se localiza, podríamos decir que es una casa nórdica, puesto que está en Estocolmo, Suecia. Sin embargo, su decoración no es fiel a un estilo nórdico depurado y esencial. Puede que comparta algunos rasgos y esquemas decorativos de esta corriente de interiorismo, pero no se ciñe a las bases del estilo.
Sin embargo, en algo en lo que sí parece una casa nórdica al uso es en la elección de los colores. Aunque hay un dominio del blanco sobre los demás tonos, se eligieron colores fríos y serenos para algunos ambientes.
El que más destaca es el azul grisáceo para el dormitorio principal. Aunque se optó por un tono bastante oscuro, la habitación resulta luminosa. El azul de las paredes se combina con el blanco en las carpinterías y los grandes ventanales se cubrieron con sencillos visillos lisos para no entorpecer la entrada de la luz natural.
La cocina se pintó en un versátil y natural color arena, que enfatiza el protagonismo del suelo de baldosas hidráulicas.
Muebles y detalles que sorprenden
Hay un detalle que me ha gustado de esta casa en Estocolmo, personal y diferente. Y es la forma en que los dueños han reconvertido algunos de sus muebles. Como el aparador antiguo que hay en el dormitorio, y que ahora es un práctico, y espectacular, zapatero.
También me encanta el cabecero capitoné en piel azul y los preciosos apliques a ambos lados de la cama, en ausencia de mesillas de noche. Son detalles diferentes que le dan al dormitorio un toque muy personal.
Esta casa nos demuestra que los ambientes más personales son aquellos que reflejan nuestro carácter y nuestra forma de ser. En los que queda patente la forma en que somos capaces de enriquecer un ambiente con las emociones y pasiones que transmiten las cosas que nos gustan. ¿Y tú? ¿Qué dice tu casa de ti?
Fotos: Honestly WTF.