¿Quién ha dicho que se necesita mucho espacio para vivir bien? Hoy te presentamos una de las tendencias que están causando furor en muchos países: vivir en una minicasa. Descubre todas las ventajas de tener una casa de menos de 25 metros cuadrados.
Por regla general, todos queremos tener una casa más grande. La nuestra nos parece siempre pequeña, mida lo que mida. Y esto es así debido a un error que solemos cometer con demasiada frecuencia. Pensamos que una casa, cuanto más grande mejor es. Y esto no siempre es verdad. Hoy te vamos a explicar los importantes beneficios que tiene vivir en una minicasa.
Esta costumbre nuestra de equiparar espacios amplios con calidad de vida no siempre ha de estar justificada. De hecho, y aunque una casa grande y de ambientes diáfanos aporta desahogo, hay quien opina que se puede vivir muy bien en casas de menos de 30 metros cuadrados. ¿Tú que crees?
Vivir en una minicasa: ¿moda o necesidad?
Es cierto que son pocos los que escogen vivir en una minicasa de forma voluntaria y sin tener la necesidad de hacerlo. Este tipo de viviendas comenzó a popularizarse en Japón en la década de los años 90 por una cuestión obvia de falta de espacio y por los precios exorbitantes de las casas.
Sin embargo, la crisis económica de 2008 en Estados Unidos fue el detonante para que las minicasas proliferasen de un modo sorprendente. De allí se catapultaron a Reino Unido o a Francia, y hoy se han convertido en todo un modo de vida para muchísimas personas.
A pesar de todo, en España no han despegado de la misma manera. Aunque cada vez tienen más adeptos, parece ser que a los españoles nos cuesta ver su encanto y sus muchas ventajas. En cualquier caso, cada vez son más las empresas españolas que se dedican a fabricar e instalar casas prefabricadas y minicasas.
Una forma de vida sostenible
Una de las mayores ventajas de vivir en una minicasa es que son completamente sostenibles y cuidadosas con el medio ambiente. Para empezar, la mayoría están fabricadas con materiales naturales y ecológicos, como la madera. Y, además, casi siempre se trata de madera reciclada.
Pero es que, además, suelen utilizar fuentes de energía renovables y sostenibles, lo que beneficia a sus propietarios. Además de que el consumo energético es menor y, por tanto, también el gasto.
Otra ventaja añadida es que las minicasas, o tiny houses, tienen un mantenimiento mucho menor que el de una casa más grande, en todos los aspectos. Son más fáciles de limpiar, de ordenar, de climatizar, de reparar, etc.
El precio, sin competencia
Esta es otra importante ventaja de vivir en una minicasa: su precio, que no puede compararse al de una vivienda tradicional, por pequeña que esta sea. Para dar una cifra aproximada, podemos decir que el metro cuadrado ronda los 1.000 euros. Por tanto, puedes tener una minicasa bien equipada por unos 30.000 euros aproximadamente.
Y aunque en España no es frecuente que mucha gente viva de forma habitual en estas casitas mini, sí que es cierto que cada vez son más los que se hacen con una como segunda residencia para pasar las vacaciones y los fines de semana.
Aprovechamiento total del espacio
En una minicasa cada centímetro es un tesoro y está aprovechado al máximo. No hay lugar para lo superfluo, solo para lo esencial. Esto que puede parecer un inconveniente, a mí me parece que es toda una ventaja.
Nos evita la posibilidad de acumular cosas innecesarias que terminan por lastrar nuestra vida y nuestro día a día. Es el espíritu de Mary Kondo llevado a su máxima expresión. Deshazte de lo innecesario, quédate con lo que necesitas de verdad. Vivir en una minicasa nos aboca a ello por obligación. Y eso, en muchas ocasiones, es una suerte, ¿no crees?
Además, hoy existen minicasas a las que no les falta ni un detalle. No solo son totalmente habitables, sino que también son bonitas y cómodas.
Eso sí, el orden ha de ser una prioridad, si no quieres volverte loco. No se puede vivir en una minicasa de 25 metros cuadrados sin contemplar unas estrictas normas de ordenación. Es la diferencia entre vivir bien o terminar desquiciado.
Con o sin ruedas
Aunque es posible vivir en una minicasa sin ruedas, que esté instalada de forma estable en una parcela de terreno, la mayoría cuentan con ruedas que las convierten en casas móviles. Al menos, así es en otros países.
En general, las minicasas son desmontables y transportables. Las ruedas vienen a acentuar ese espíritu nómada de este tipo de viviendas. ¡Quién no ha tenido el sueño alguna vez de recorrer el mundo con la casa a cuestas.
En cualquier caso, las minicasas no son para todo el mundo. Han de abstenerse, por cuestiones evidentes, las familias numerosas y los coleccionistas compulsivos. Pero, para los demás, pueden ser una opción a tener en cuenta.