La madera es uno de los materiales naturales que más me gustan. No solo es preciosa y muy decorativa, sino que aporta un toque de calidez difícil de conseguir con otros materiales. Por eso me encantan los suelos de madera, a pesar de ser un tanto delicados. Si aprendes a cuidarlos te durarán perfectos mucho tiempo.
¿Eres, como yo, un apasionado de la madera? Entonces te encantará tener en casa unos buenos suelos de tarima o parquet. Y no me extraña, porque son tan bonitos y tan cálidos que da gusto andar descalzo sobre ellos. Nada que ver con el tacto frío de otros materiales.
Sin embargo, no son todo ventajas en lo que se refiere a los suelos de madera. Quizás el mayor problema que presentan es que son un tanto delicados. O, al menos, no tan resistentes como pueden ser otros materiales. La cerámica, por ejemplo, es mucho más dura que la madera y, además, su mantenimiento es menos complicado. Basta con barrer y fregar los suelos con el cubo y la fregona y ¡listo!
La madera requiere otro tipo de cuidados si quieres que se mantenga en buenas condiciones a lo largo del tiempo. Aún así, y por mucho que pongas todo tu empeño, es inevitable que aparezcan golpes, rayones o infinitas muescas, más si tienes niños pequeños en casa. Se les caen las cosas, algunas de ellas pesadas, corren por los pasillos o hacen carreras con sus coches de juguete por tu flamante suelo de madera…
Una vez asumido que tu suelo nunca podrá estar perfecto, es hora de plantearse qué puedes hacer para que se estropee lo menos posible (además de gritar a todos los miembros de la familia cada vez que llegan para conseguir que se pongan las zapatillas de casa). Aquí tienes 5 claves fundamentales.
1. Haz un buen mantenimiento diario de tus suelos de madera
¡Vale! Lo entiendo. Quizás no puedes ocuparte todos los días (absolutamente todos) de limpiar el suelo de la casa, pero sí deberías hacerlo al menos cada dos días. Tus suelos de madera te lo agradecerán estando preciosos. Se trata de barrer o pasar el aspirador (yo prefiero esta última opción) un día sí y otro no para acabar con el polvo y la arenilla que entra de la calle. Si se pisa, termina arañando el suelo. También puedes pasar la mopa (mejor que sea de fibra de algodón).
Y una vez cada 15 días aproximadamente haz una limpieza más profunda fregando el suelo con un producto específico para madera que tenga pH neutro. No lo limpies con productos agresivos que puedan estropear el barniz. Y, eso sí, tendrás que escurrir muy bien la fregona; ya sabes que la humedad no es amiga de este tipo de suelos.
2. Nutre la madera de vez en cuando
Tanto si están barnizados como si se trata de suelos tratados con aceite, es importante aplicar productos específicos que nutran la madera y la hidraten, si quieres que se mantenga como el primer día durante mucho tiempo.
Los suelos barnizados necesitan productos que les ayuden a mantener su brillo. Y si la madera está tratada con aceite, también hay productos específicos para este tipo de acabados, como son ceras, aceite de mantenimiento, etc. Para limpiarlo, utiliza un jabón con aceite que, además de eliminar la suciedad del suelo, nutra la madera.
3. Aplica un tratamiento para recuperar el brillo
Si el suelo de tu casa ha perdido su brillo con el paso de los años y el trote diario al que se ve sometido, es el momento de recuperarlo. ¡Verás qué fácil es!
En el caso de la madera barnizada (que es la mayoría) no tienes más que aplicar un producto de base acuosa, que no contenga ceras ni siliconas. Estos productos son tanto para parquet como para tarima. Se aplican y recuperan el brillo sin tener que rebarnizar el suelo. Pero tampoco son milagrosos. Si el suelo está en muy mal estado, lo único que lo dejará como nuevo es acuchillar y volver a barnizar.
4. Arregla los desperfectos cuanto antes
Como ya te decía al principio, por mucho cuidado que tengas es inevitable que tu suelo de madera luzca algunas heridas de guerra. Pero si puedes repararlas, tanto mejor. Eso sí, hazlo cuanto antes.
Utiliza un rotulador de retoques para disimular arañazos leves, pintando con él encima de la marca. Tendrás que buscar el color que más se parezca al de tu suelo, ya que hay varios tonos.
Las grietas y huecos se pueden reparar rellenando con masilla de madera. Deja secar y después lija. Por último, tendrás que pìntar o barnizar la zona.
5. Cosas a evitar: los tacones, el sol directo…
La última de las recomendaciones que te damos para lograr que tus suelos de madera se mantengan como nuevos, no consiste en algo que tienes que hacer, sino más bien en cosas que es importante evitar porque dañan irremisiblemente los pavimentos de madera.
Una de ellas es andar con tacones por la casa (ya te decía lo importante que es ponerse las pantuflas al llegar a casa…). Si los zapatos de la calle arañan la madera, los tacones dejan marcas profundas difíciles de eliminar. Quítatelos al entrar.
También es importante evitar que le de el sol directo. Es uno de los grandes enemigos de la madera, porque se come el color. Así que, si no quieres que al cabo de los años, tu suelo muestre zonas decoloradas por el sol, instala cortinas o estores que controlen las radiaciones solares para proteger la parte del suelo cercana a las ventanas.
Tomar estas precauciones te ayudará a conseguir que los suelos de madera de tu casa estén perfectos durante muchos años. ¿Tú los cuidas?