Con la llegada de la nueva estación y el buen tiempo, llegan también muchas novedades a nuestra vida. Empezando por la mejoría del clima que trae consigo el temido cambio de armario. ¿Estás pensando en hacerlo ya? Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán… ¡y mucho!

Puede que pienses que todavía no es el momento. Que aún necesitas tu ropa de invierno, el abrigo y las botas. Como dice el refranero popular, “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”… Sin embargo, el cambio de armario está a la vuelta de la esquina y, más tarde o más temprano, habrá que armarse de paciencia y acometer tan ingrata tarea.
Este año me gustaría hacerlo mejor que otras veces y, de paso, ayudarte un poco a que tú también lo consigas. ¿Cómo? Recopilando un pequeño compendio de las reglas básicas que indican todos los expertos en almacenaje para hacer el cambio de temporada en nuestro ropero y no morir en el intento. ¡Vamos allá!
Cómo hacer el cambio de armario en primavera

Puede que tu casa sea amplia y espaciosa y no necesites guardar aparte la ropa de invierno, pero en mi caso (y creo que en el de muchas otras personas) cada año he de sacar las prendas de la nueva temporada, y guardar las de la temporada que termina.
Así que lo primero que has de hacer es sacar del trastero (o del lugar en el que las ocultes) las cajas de ropa de primavera y verano, vaciarlas y disponerte a guardar en ellas las prendas de invierno. Todo esto supone trastocar ligeramente el orden de tu casa, por lo que es mejor que busques un día en el que dispongas de tiempo libre para llevar a cabo la tarea completa. Dejarlo a medias pensando en terminar otro día es lo peor que puedes hacer.
Selecciona bien lo que vas a guardar

Ya lo dice la experta Marie Kondo, autora del bestseller “La magia del orden” (Ed. Aguilar). Para organizar, hay que deshacerse de todo lo que nos sobra. ¿Y qué nos sobra? Pues todas aquellas cosas que no nos hacen felices.
En la práctica, y en el caso que nos ocupa, se trata de seleccionar bien la ropa de invierno que vamos a guardar para el año que viene. No tiene sentido guardar cosas que no nos gustan ya, y que no vamos a ponernos jamás. Según lo cotizado que está el espacio libre, hacer esto es casi un pecado.
Por tanto, líate la manta a la cabeza y decide con qué prendas te quedas y de cuáles te deshaces. Este es el primer paso para triunfar con el cambio de armario.
A la hora de guardar las prendas de invierno, hazlo con sentido común y de una forma adecuada. Dobla bien la ropa (por supuesto todas las prendas han de estar limpias), guarda los zapatos y complementos en cajas, etc. De cómo hagas esta parte del trabajo, dependerá que al año que viene tus cosas estén perfectas o no.
Todo el espacio disponible para ti

Ahora que ya tienes la ropa y accesorios de invierno a buen recaudo, es el momento de ordenar las cosas de primavera y verano. Comienza por seleccionar y clasificar la ropa, separando las prendas, y haz lo mismo con los complementos.
Puede que en este proceso te des cuenta de que hay cosas que “ya no te hacen feliz”. Es el momento de tirarlas (donarlas o reciclarlas, como tú lo veas). El caso es que no merece la pena buscarles un sitio en el armario a estas cosas, cuando sabes a ciencia cierta que no las vas a usar más.
Busca ideas para guardar tus cosas de una forma más fácil y cómoda. Cajas, perchas, ganchos, etc. Si tienes espacio, es mejor colgar las prendas en perchas que mantenerlas apiladas en los estantes. Se arrugan menos y las podrás localizar mejor cada mañana, a la hora de elegir la ropa que te quieres poner.
Lo bueno es que hoy existen un montón de accesorios para organizar el interior del armario. Todas estas ideas te ayudan a mantener el orden, por lo que no debes escatimar con el tiempo que dedicas a pensar y buscar la mejor forma de guardar tus cosas. Después tu vida será más fácil y perderás mucho menos tiempo.
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Un burro para las prendas que más usas

No es ninguna tontería reservar un espacio dentro de tu armario para esas prendas que usas muy habitualmente. Para la chaqueta de entretiempo o el bolso que tanto te gusta en esta época.
Una idea es poner un burro en el dormitorio para colocar ropa de uso habitual. No solo es una forma práctica de ganar espacio para la ropa, sino que puede convertirse en un detalle de decoración de lo más apreciado.
Sea como sea, el cambio de armario no es tan complicado si mantienes una actitud serena y positiva. ¡Ánimo con la tarea!