El blanco es el color más habitual en los que se refiere a pintar los techos de cualquier casa. Sin embargo, no es la única opción, ni mucho menos. Hoy queremos descubrirte todo lo que puedes conseguir si te atreves a poner color en los techos de tus habitaciones. Una idea original y muy decorativa… si sabes cómo hacerlo.

Pintar los techos de tu casa de un color diferente del blanco tradicional no puede ser mejor idea. Te aporta una concepción diferente del espacio y añade originalidad a cualquier ambiente, ya se trate del dormitorio, del cuarto de baño o de la cocina.
Sin embargo, no conviene hacer las cosas sin pensar. Pintar los techos de un color intenso y oscuro le restará luminosidad al espacio, por lo que se recomienda especialmente para aquellas casas a las que les sobra la luz.
Además, los techos oscuros hacen que las habitaciones parezcan más bajas de lo que son. Por eso, si tu casa no tiene techos demasiado altos, lo mejor será que prescindas de esta idea. Es cierto que resulta muy decorativa, pero si no tienes la altura suficiente lo único que conseguirás es que los interiores sean agobiantes.
Pintar los techos de colores diferentes
Muchas casas antiguas, por ejemplo, suelen tener los techos muy altos. Es en este tipo de espacios en los que los techos pintados de colores diferentes muestran todo su esplendor. La gracia está en saber escoger el color para que armonice con el resto de elementos de la decoración. Con los tonos de las paredes y del mobiliario.

Como en esta cocina en la que se ha pintado el techo de un intenso morado. El contraste es espectacular y esto es debido a que tanto las paredes como el suelo y los muebles, excepto las sillas negras, son de colores neutros y claros.

También quedan genial los techos negros en ambientes blancos. Crean una combinación muy elegante, como en este cuarto de baño en el que las paredes se han revestido con azulejos de color blanco. Los sanitarios de diseño especial y algunos otros detalles retro y vintage dotan al espacio de una belleza genial.
El techo… y algo más

Un recurso decorativo que me parece espectacular es pintar la pared de un tono claro hasta más o menos dos tercios de su altura. Después se pinta la parte superior de la pared y el techo en un color intenso y más oscuro, para crear contraste. El resultado no puede ser más elegante. ¿A que te encanta?
Puedes combinar los colores a tu gusto, o poner en la parte inferior de la pared un friso de lamas de madera blanca. Hay un sinfín de ideas que puedes poner en práctica. Fíjate en las imágenes que te traemos hoy para descubrir todo lo que puedes hacer si pintas los techos de colores diferentes.
También te puede interesar: Ideas originales para pintar las paredes de tu casa
Cenefas y rayas decorativas

Otro recurso estético que puedes realizar tú mismo, si te gusta y te parece decorativo, es delimitar el techo con una raya o una cenefa, tal y como se puede ver en la imagen. Es una forma de enmarcar el techo y darle mayor interés visual. Gracias a este sencillo detalle, el techo atraerá la atención y las miradas de todos.
Para pintar una raya en el borde del techo, no necesitas más que cinta de carrocero para enmascarar y una buena dosis de paciencia. Tendrás que trabajar con una brocha o pincel estrecho para no manchar la pared, y retirar la cinta de carrocero en cuanto hayas terminado.
Cómo pintar el techo tú mismo
Esta es una tarea que todo el mundo puede llevar a cabo, si pone el suficiente interés. No es difícil ni requiere de una formación previa. Tan solo es necesario no precipitarse y trabajar con cierto cuidado. Si te lo propones podrás pintar los techos del color que quieras sin tener que llamar a ningún profesional, y con un resultado óptimo.

Y para que veas que tengo razón, voy a explicarte punto por punto cómo tienes que desarrollar el trabajo. Si te animas a realizar la tarea, enseguida te darás cuenta de que es más sencillo de lo que parece en un principio.
Lo primero que has de hacer es preparar la habitación que vas a pintar. No trates de hacer toda la casa de un tirón. Piensa que, aunque lo hagas bien, no trabajarás a la misma velocidad que un pintor profesional. Tómatelo con calma y ve a tu ritmo.
Comienza por sacar todos los muebles que puedas, retira de las paredes los que no salgan y tápalos con plástico o tela. Tapa con cinta de carrocero las carpinterías, rodapiés, interruptores, etc. Cuanto más tapes, menos tendrás que limpiar después, así que no tengas prisa.
Antes de empuñar el rodillo

Seguro que estás deseando meter el rodillo en el bote de pintura y darle a tu techo. Sin embargo, antes tendrás que limpiar el polvo de la superficie y reparar cualquier desperfecto que tenga. Si hay algún agujero, tápalo con pasta y deja secar antes de lijarlo para igualar la superficie.
Ahora tienes que recortar el techo. Se trata de pintar el perímetro del mismo en la parte en que no podrás llegar con el rodillo, empleando una brocha. Conviene tapar la línea de la pared con cinta de carrocero para no mancharla.

Es el momento de pintar el techo con el rodillo, teniendo cuidado de no manchar las paredes. Puedes usar una escalera o acoplar a tu rodillo un mango telescópico para pintar el techo desde el suelo. Prueba a ver de qué forma te encuentras más cómodo.
Un para de capas será suficiente para que el color inunde tu techo y lo convierta en uno de los recursos decorativos de la habitación. Como ves, los techos tienen mucho que decir…