En decoración las escaleras recicladas vuelven a ser noticia una y otra vez. Se reinventan y se ponen de moda periódicamente como elementos simpáticos que aportan originalidad y una pátina vintage impagable a los interiores domésticos. Lo divertido es encontrar nuevas ideas para transformarlas. Comprobar que son capaces de integrarse en cualquier estilo sin perder ni un ápice de su espíritu. No dejar de sorprendernos cada vez que leemos un nuevo post dedicado a ellas.
Este post es un reto en toda regla. Me he propuesto demostraros que las escaleras recicladas pueden ser esa nota diferente que buscáis para renovar la decoración de vuestros espacios domésticos. Y mucho más si os va el reciclaje creativo. Son un pequeño diamante en bruto. Con un poco de suerte, es muy probable que hasta tengáis alguna, de madera y arrinconada en el trastero.
Escaleras recicladas con alma creativa
Las escaleras recicladas siguen teniendo un encanto especial en la decoración de interiores por su sello auténtico ligado al concepto del reciclaje. Un maridaje especialmente atractivo. Por eso son tan valiosas para planear rincones entrañables dándolas una nueva vida doméstica que nada tiene ver a su uso inicial. Y es ahí donde podemos desplegar toda nuestra creatividad para convertirlas en piezas que derrochan originalidad y humor. ¿O no?
Con ellas todo es posible y los resultados desde luego no dejan indiferente a nadie. Y mucho menos a nuestras visitas. El concepto riesgo va ligado a las escaleras recicladas cuando nos atrevemos a decorar cualquier ambiente con su presencia. Y también una innegable personalidad, sin importar el look decorativo que impere en la estancia. Son fantásticas compañeras en salones y dormitorios de estilo noretnic. Pero a la vez encajan de maravilla en cocinas con un look industrial muy acentuado. Y desde luego acaparan un gran protagonismo como accesorios en baños y recibidores llenos de toques especiales.
¿Dobles o sencillas? Todo vale
La primera virtud decorativa de las escaleras recicladas es su versatilidad. La libertad que nos dan para transformarlas en muebles auxiliares, estanterías y soportes muy variados y funcionales. El tipo de escalera, sencilla o doble, es clave para plantearse su nueva utilidad. Y de paso decidir qué lugar estratégico necesitaremos para colocarla. Las dobles ocupan bastante más que las sencillas, y es preciso apoyarlas en el suelo. Es decir, reclaman un ambiente más bien amplio para lucirse como merecen.
Quedan preciosas en rincones despejados para dejarlas exentas. Y si hay cerca una ventana o buena luz natural todavía mejor para resaltar su silueta. Pintadas de blanco, con un acabado envejecido, son más luminosas y sintonizan con muebles de maderas claras y lámparas de mimbre, tan de moda.
¿Pero qué hacemos si nuestra escalera es sencilla? Desde luego no es ningún problema, simplemente hay que mirarla de otra manera, ocupando superficies horizontales o verticales. En las paredes y los techos de las habitaciones. Y aquí se abre todo un mundo de opciones, a cuál más sorprendente. Una de ellas consiste en colgar una escalera sencilla en el techo de nuestro dormitorio para que sea el perchero principal. O haga funciones de vestidor informal en el que organizar nuestras prendas y calzado de diario. El broche final podrá estar en el color de la pintura que decidamos para su nuevo look. Jugar con los tonos que son tendencia nos garantizará aún más personalidad.
Versiones llenas de humor
Sin duda las escaleras recicladas renuevan y captan la atención en cuanto las integramos en nuestra decoración doméstica. Y no solo por la belleza que exhiben con su estética, tan innata y evocadora. También podrán cumplir un papel funcional importante si sabemos sacarlas todo el partido que tienen. Y más en concreto a sus peldaños. Los más finos van muy bien para improvisar revisteros, toalleros e incluso zapateros. En cambio, los más gruesos son ideales para transformarlos en pequeñas superficies donde tener a mano libros, películas y hasta la vajilla de diario si la escalera se encuentra en la cocina o en la zona del comedor.
Lo habitual es imaginarlas en salones, vestíbulos, baños y cocinas. Pero hay versiones con mucho sentido del humor que podemos reservar para los interiores donde la imaginación y la fantasía son los dueños. Es decir los cuartos infantiles. En ellos las escaleras recicladas individuales pueden convertirse en simpáticos libreros para esos cuentos especiales que leemos cada noche a nuestros peques. Podrán ser aún más prácticas si fijamos en la parte inferior pequeños colgadores donde lucir instrumentos musicales y peluches.
Y también en la terraza o el jardín
Pensar en las escaleras recicladas como singulares jardineras de la terraza o el jardín siempre es una fantástica idea a nivel decorativo. Pero hay muchas más opciones por descubrir para usarlas en nuestros exteriores domésticos. Como por ejemplo convertirlas en originales alacenas al aire libre cuando disponemos de un comedor en la terraza.
En concreto, si el modelo es doble podremos colocarla adosada a una pared y disponer en sus diferentes peldaños toda la vajilla y cristalería que usamos. Desde cuencos y bandejas, a torres de platos y cestas pequeñas para los cubiertos. Nos ahorraremos tener que estar entrando y saliendo al interior de casa. Si tenemos espacio suficiente, esta singular alacena podría crecer jugando con dos diseños dobles en fila. Entonces también nos servirá para ir dejando los platos que vayamos a servir antes de comer. Comodísimo, ¿no?
Espero haberte sorprendido y que te atrevas con alguna de ellas.