Teletrabajar en verano tiene sus propias reglas de juego. Si durante todo el confinamiento has trabajado en remoto y continúas haciéndolo todavía ahora, cuando el calor aprieta, apunta estos 4 consejos que te ayudarán a convertir tu «despacho doméstico» en un espacio cómodo, tranquilo y sobre todo fresquito.
Teletrabajar en verano… y en invierno
Nos pilló de improviso: con la COVID-19 salimos de las oficinas para instalar el «centro laboral» en nuestro propio domicilio. Pero la fórmula ha sido tan bien acogida por trabajadores y empresas, que el teletrabajo en verano, como durante toda la pasada primavera, ha llegado para quedarse.
Con esta modalidad laboral, sin embargo, surgen algunas cuestiones: ¿nuestra casa está adaptada para trabajar en ella con altas temperaturas? ¿Podremos concentrarnos cuanto todo lo que nos apetece está ahí fuera? ¿Tendremos que encender el aire acondicionado al máximo para crear una temperatura tolerable? Te damos cuatro consejos clave para teletrabajar en verano sin sudar la gota gorda ¡y sin gastarte un dineral en electricidad!
Muchas ventajas y algún inconveniente
Según el estudio de opinión “El teletrabajo en España”, realizado por la empresa Home Serve, más del 60% de los españoles desearía tener la opción de teletrabajar. Esta modalidad tiene numerosos beneficios para los encuestados, el principal, evitar los desplazamientos diarios. La conciliación es la siguiente ventaja más repetida (52%), seguida de la percepción de una mayor productividad (39%).
Pero la mayoría (54%) de los encuestados afirman que la principal desventaja del teletrabajo es no contar con las instalaciones necesarias en casa y el coste de la conexión a internet por parte del trabajador (49%), mientras que otro alto porcentaje (50%) afirma que el gasto energético se ve incrementado. Para minimizar todos estos problemas derivados del trabajo en remoto, te proponemos estos tips:
1. Empieza pronto a teletrabajar en verano
El refrán «Quien quiera prosperar, empiece por madrugar» se hace en época estival más cierto que nunca. Madrugar resulta un hábito muy difícil de establecer, aunque una vez que te acostumbras, solo le verás beneficios y el teletrabajo en verano será mucho más productivo.
Despertarse temprano y con el tiempo suficiente evita el estrés matinal de sentir que vas a contrarreloj. Además, todo está mucho más tranquilo y silencioso, no hay ruidos en la calle, llamadas telefónicas, ni niños que correteen por la casa y te distraigan. Es más fácil concentrarse y rendir, cuando se inicia la jornada a primera hora y se disfruta de algunas horas para uno mismo.
A todo esto se añade que la temperatura a las 6 o las 7 de la mañana es mucho más agradable para teletrabajar en verano (y sin necesidad de conectar el aire acondicionado) que comenzar a las 9, por ejemplo, donde ya empieza a subir el mercurio en el termómetro.
2. Busca un lugar con buena luz y bien ventilado
Es básico para trabajar cómodo y favorecer la concentración. Si no puede ser una habitación independiente, intenta que sea un lugar alejado de las zonas comunes y de las de paso.
El puesto de trabajo ideal debe situarse cerca de una ventana que deje pasar la luz natural (pero matizada por cortinas o estores) y además permita disfrutar de una ventilación cruzada, así podrás sentir una brisilla muy agradable al teletrabajar en verano.
¿Dispones de una terraza o de un patio? Pues conviértelo en tu despacho al aire libre, al menos durante las horas en las que haga menos calor. Puedes crear un ambiente súper refrescante, si tienes plantas que formen una barrera vegetal; además, los olores también influyen positivamente en tu actividad mental y estado anímico. Eso sí, para evitar el molesto reflejo en la pantalla del ordenador, usa toldos, sombrillas y otros sistemas que ayuden a crear sombra.
3. Instala un sistema eficiente de climatización
Como ya se ha explicado, teletrabajar en verano tiene el inconveniente de que hay que conectar los sistemas de climatización durante muchas más horas que en el caso de que trabajásemos fuera del hogar. El aire acondicionado rinde todo el día a máxima potencia y esto se refleja en la factura eléctrica. ¿Pero, cómo trabajar en remoto con una temperatura de confort y sin fundir el presupuesto mensual?
En primer lugar, si estás pensando en instalar un equipo de aire acondicionado, opta por modelos que ahorren energía. Los sistemas con clasificación A, B y C son los más eficientes. También los que van dotados de tecnología inverter. Suelen ser algo más caros, pero resultan hasta un 40% más eficientes, por lo que se amortizan rápidamente.
Además, el aire acondicionado debe tener la potencia adecuada a la habitación que se va a refrigerar para teletrabajar en verano. El cálculo más habitual es de 100 frigorías por m2. Si esto se traduce en Kw, una habitación de 9-14 m2 necesitará un aparato con una potencia de refrigeración de 1,5 Kw, y se trata de enfríar una superficie de 15-20 m2, será de unos 1,8 Kw.
4. Usa el aire acondicionado con moderación
En el caso de que ya tengas instalado tu aire acondicionado, úsalo con cabeza. No lo conectes a muy baja temperatura para que enfríe más deprisa, ni lo tengas a menos de 24ºC: por cada grado de menos, el consumo se incrementa en un 8%. Activa el modo Eco, si dispone de él, y reducirás alrededor de un 30% el gasto energético.
Pero si todavía quieres ahorrar más en energía al teletrabajar en verano, un ventilador de techo o de pared (los más prácticos) puede ser una buena solución para ti. Gastan hasta un 80-90% menos que el aire acondicionado y logran un descenso de temperatura de alrededor de 4ºC: pon un cubo de hielos frente a ellos ¡y verás qué viento más fresquito!
Teletrabajar en verano puede resultar un sistema tan cómodo como efectivo, si pones en práctica estos cuatro consejos. ¡Pruébalos y luego nos cuentas.