No podemos vivir sin luz. Y menos ahora en esta época del año en que anochece tan pronto… Por mucho sol que entre en nuestra casa, no puede faltar una buena iluminación artificial para cuando cae la noche. Hoy te explicamos cuáles son los diferentes tipos de iluminación de la casa, y cómo puedes usarlos para decorar. Presta atención y verás todo lo que puedes conseguir.
Con luz todo es más bonito, más natural y confortable. La luz nos aporta energía y buen humor, mientras que los ambientes oscuros, mortecinos y grises no evocan cosas agradables, sino más bien todo lo contrario. Eso no quiere decir que pongas en casa tantas bombillas que tu salón parezca un centro comercial. Precisamente en el buen uso de la iluminación artificial es donde está el secreto del éxito.
A continuación te cuento cuáles son las diferentes formas que puedes emplear para iluminar tu hogar y cómo combinarlas para obtener el resultado deseado.
¿Cuáles son los tipos de iluminación de la casa?
A la hora de decorar interiores la iluminación es un capítulo decisivo. La mejor casa, la más bonita, los muebles más especiales o los textiles más decorativos se quedarían en nada si no cuentan con la iluminación adecuada. Una luz mal planteada es capaz de dar al traste con el mejor interiorismo. Que no te quepa ninguna duda.
Por eso no está de más que hagamos un repaso (breve y práctico) por los diferentes tipos de iluminación que podemos usar en nuestra casa y que tratemos de encontrar la manera de combinarlos bien. El resultado puede marcar la diferencia, hacer el espacio más amplio o más pequeño, y la casa más o menos acogedora.
Para dar luz general, para crear ambiente, para una luz directa…
Para empezar tendremos que definir una iluminación general, que es la que sirve de base, digámoslo así, para el resto de fuentes de luz que queramos añadir. Gracias a este tipo de iluminación conseguiremos una luz uniforme. La obtenemos a través de lámparas de techo, un elemento muy frecuente que no falta en casi ninguna habitación.
Después tendríamos que hablar de la luz ambiental, la más decorativa de todas. Suele ser tenue y discreta, ya que se usa para crear un ambiente agradable, una atmósfera suave, perfecta para el descanso y para relajarse. Una buena idea para potenciar este tipo de luz es instalar reguladores en los interruptores, para poder decidir en cada caso la intensidad de la iluminación.
Por último, tenemos la iluminación funcional que, como su propio nombre indica, es la que se pone en algunos lugares muy concretos para dar luz a una zona en la que se va a realizar una actividad determinada. Por ejemplo, en un rincón de trabajo o de lectura. Suele venir definida por lámparas auxiliares como focos y lámparas de sobremesa o pie, que aportan una luz dirigida hacia un punto en concreto, hacia donde se necesita.
Combina diferentes tipos de luces y acierta
Ahora que ya tenemos claro cuáles son los tipos de iluminación que debemos utilizar en el interior de nuestra casa, la clave estaría en saber en qué medida usar cada uno. No siempre se han de utilizar los tres tipos sino que en función de la estancia, tendremos que contar con uno u otro tipo.
Por ejemplo, en un salón amplio necesitaremos una luz general que puede venir de la lámpara de techo, y una luz ambiental para dar mayor calidez al espacio. Esa puede conseguirse con lámparas auxiliares repartidas en distintos puntos del salón. Y si queremos resaltar algún objeto especial, por ejemplo, tendremos que contar con un foco dirigido hacia él que aporte una luz decorativa.
También puedes usar focos para las zonas de trabajo, en las que necesitas una luz intensa, directa, que te permita realizar alguna actividad con comodidad.
Otro espacio es el que la luz ha de estar muy pensada es el dormitorio donde, además de una luz general, es necesario contar con luces a ambos lados del cabecero, ya sea con lámparas de sobremesa en las mesillas o con apliques de pared.
Luces para ampliar el espacio
La iluminación es un recurso muy eficaz cuando queremos que el ambiente parezca más amplio. Si tienes una casa pequeña y la iluminas bien, lograrás ampliar los metros cuadrados, al menos visualmente. En cambio, si no prestas atención a las luces puedes hacer que el espacio parezca todavía más pequeño.
Para empezar, utiliza en el salón diferentes puntos de luz orientados en todas las direcciones, pero sin abusar de las lámparas. No hace falta poner demasiadas. Y no cometas el error de iluminar siempre de forma cenital, es decir, de arriba abajo, porque el espacio parecerá reducirse.
Tampoco conviene que uses lámparas de pie que puedan estorbar a la hora de moverse por el salón. Opta por apliques de pared, mucho más cómodos y que no roban nada de espacio.
¿Y tú? ¿qué tipo de iluminación tienes en casa?