Soy madre y por ese hecho pienso que sé lo que digo y porqué lo digo. Es cierto que tenemos grandes probabilidades de equivocarnos pero no más que las que tiene el juicio de un adolescente, a los que nosotros conocemos, o el criterio de un esposo, de quienes tenemos perfecto comprendimiento. Somos más sabias, lo siento, y el sexto sentido, que sí existe, nos guía muy bien. Definitivamente son las madres y los hombres solteros, los más capacitados para dar mejores consejos. Por supuesto no todas las madres ni todos los solteros sino un porción significativa.
La oficina de mi esposo es perfecta, lo dicen las esposas de sus compañeros y algunos de sus amigos, es muy sencilla, tienen lo que se necesita para poder trabajar y también para relajarse en el trabajo. El interés de mi esposo por tener un espacio confortable lo llevó a pedirme a mí que se lo decorara y amueblara, algo que muy difícilmente hace un hombre con carácter libertario: es su principal espacio individual. El mio no es la cocina, por supuesto. El proceso es sencillo: yo le aconsejo y el aprueba o el tiene algo en mente y yo se lo ayudo a conseguir.
En el caso del reloj de pared quartz clock del diseñador Vadim Kibardin fui yo quién encontró la pieza pero con la idea de mi esposo de ponerle un poco de estilo cincuentas. El diseño es muy especial porque es también una caja, en donde se montan los marcadores. Es una pieza actual con el sabor de los cincuentas, como quiere mi esposo. Funciona con baterías AA. Hay de dos tamaños, el pequeño mide 10,5 x 10,5 x 3,5 cm y el grande 14,5 x 14,5 x 4 cm. Mayor información en la página Web www.kibardindesign.com