A no ser que vivas en un loft completamente diáfano, las puertas de interior son un elemento fundamental en cualquier casa. Protegen nuestros interiores, los aíslan del resto de la casa cuando nosotros queremos, y nos dan intimidad si la necesitamos. Hoy vamos a mostrarte cómo puedes convertirlas en un recurso muy decorativo. Descubre todo lo que puedes conseguir si te decides a pintar las puertas de interior.
Lo más habitual en nuestras casas en que las puertas de interior sean del mismo material, color y acabado que es resto de las carpinterías. Es probable que sean de color blanco, igual que los rodapiés o las puertas de los armarios empotrados, si es que tienes en casa. De cualquier forma, esto no tiene por qué ser así. Hoy te contamos cómo puedes darle a tu casa un aspecto único si te animas a pintar las puertas de interior de una forma original.
¿Cuál es la clave para un resultado perfecto? Elegir bien el color, en función de lo que quieras conseguir. Si solo pretendes renovar tus puertas porque estás muy estropeadas del uso diario, puedes volver a pintarlas del mismo color que tienen ahora. Será una buena idea si no cuentas en este momento con el presupuesto necesario para cambiarlas (te aseguro que no es ninguna tontería. Cambiar las puertas de la casa no es barato).
Pero también puede ser que te decidas a pintar las puertas de interior para darle un aire completamente nuevo al interiorismo de tu casa. Para ello puedes utilizar colores vivos, intensos, que contrasten con los elegidos para las paredes. El efecto decorativo no puede ser más especial. Y si no, echa un vistazo a las imágenes que te enseñamos en este artículo. ¡Te van a encantar!
Atrévete a pintar las puertas de interior tú mismo
Puede que te parezca un trabajo difícil, tan solo reservado a expertos en bricolaje o manitas en general. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Pintar las puertas de interior de tu casa es una tarea accesible a cualquiera que sea un poco apañado en lo que se refiere al uso de la brocha o el rodillo.
Si te tomas el trabajo con optimismo y si aplicas los trucos que vamos a revelarte en las siguientes líneas, seguro que consigues un resultado perfecto, como de profesional. Y, lo más importante, tendrás unas puertas preciosas y la satisfacción de haberlas pintado tú mismo. ¿Te animas?
Comienza por elegir el color y la pintura
Te has decidido a pintar las puertas de interior y ahora estás en ese momento delicado (y también emocionante) de elegir el color. Las posibilidades son tantas que seguro que te resulta difícil decidirte. Puede que te ayude navegar por la web en busca de fotos. En cualquier caso tendrás que tener en cuenta el color de las paredes. Partiendo de este, podrás elegir colores para las puertas que contrasten o que armonicen.
También tendrás que decidir si prefieres utilizar pintura acrílica o sintética. Siempre que sea posible, yo siempre prefiero usar la primera ya que resulta mucho más cómoda y fácil de utilizar, ya que se limpia con agua. Hay pinturas acrílicas estupendas, resistentes y con una capacidad de adherencia genial, tanto que no es necesario aplicar previamente una imprimación.
Si tus puertas son oscuras y quieres pintarlas de blanco, por ejemplo, tendrás que darles 4 manos finas de pintura. Pero si eliges un color medio u oscuro, con tres capas de pintura bastará, sea cual sea el color actual de las puertas. Esto es importante para calcular la pintura que necesitarás.
¿Quieres saber cuántos botes de pintura tendrás que comprar? Pues para saberlo de manera aproximada hay que hacer un cálculo de los metros cuadrados de puertas a pintar. Si tomamos como referencia que una puerta estándar mide 2,10 m de alto y 0,90 m de ancho, tenemos 2 metros cuadrados por cada puerta. Bueno, en realidad serían 4 metros cuadrados, por ambas caras. Como hemos de darle 4 capas, en caso de elegir un color claro, eso daría un total de unos 16 metros cuadrados por puerta para lo cual necesitarías unos 750 ml de pintura para cada puerta. En esta cantidad se incluyen los marcos.
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Trucos para pintar mejor
Después de calcular la pintura y comprar todo lo que vas a necesitar, llega el momento de ponerse manos a la obra. Para empezar tendrás que retirar de la puerta todos los herrajes, cerraduras, pestillos, picaportes, manillas o pomos que pueda tener.
Protege las bisagras con cinta de pintor y también el exterior de los marcos para no ensuciar las paredes. En caso de que quieras aprovechar para cambiar las manillas de las puertas, lo mejor es que rellenes los agujeros con masilla. Así no tendrás problemas en elegir las manillas que más te gusten, aunque los agujeros para ponerlas no coincidan con los anteriores.
Utiliza una lijadora eléctrica y un papel de lija fino para lijar la puerta. Las molduras tendrás que lijarlas a mano. Después retira el polvo con un paño húmedo y comienza a pintar.
Tanto si lo haces a brocha o a rodillo, conviene que no los cargues mucho con pintura. Es mejor extenderla mucho y dar capas finas. Maneja las herramientas en vertical, de arriba abajo. Cuando hayas terminado de pintar la puerta por ambos lados, deja secar y después lija la superficie. Repite el proceso hasta completar las 3 o 4 capas de pintura que necesitan tus puertas.
Como ves, pintar las puertas de interior puede darte mucho juego decorativo. Y como es un trabajo sencillo y agradable, no te costará tanto hacerlo tú mismo. ¿Qué te parece la idea?