Un poco de pintura y una brocha. No necesitas nada más para darle a un mueble viejo un giro radical que lo mejore al 100%.
Tan solo hay que buscar nuevas técnicas e ideas que nos permitan innovar a la hora de pintar muebles. Como la técnica del dip painting o pintar con efecto sumergido. Te contamos qué es y cómo se hace.
¿Quieres darle una nueva oportunidad a esa silla que era de tu tía abuela? ¿Tienes una mesa sosa y aburrida pero te hace tu servicio y necesitas darle otro aire? ¿O quizás lo que tienes es un banco de jardín desvencijado que no sabes cómo mejorar?
Aparte de estar hechos un desastre, estéticamente hablando, todos estas piezas que te he enumerado tienen otra cosa en común: patas. Y ese es uno de los requisitos que ha de cumplir un mueble para poder pintarlo con la técnica del dip painting (al menos, es en estos muebles con patas sobre los que la técnica resulta más sorprendente y decorativa).
El otro requisito es que tú quieras que quede moderna y especial, porque eso es justamente lo que ocurrirá si te decides a seguir las instrucciones que te vamos a dar a continuación. Así que presta atención porque este artículo te interesa.
¿Qué es la técnica del dip painting?
Se trata de una técnica de pintura de muebles y objetos que consiste en pintar las piezas de forma que parezca que han sido sumergidas en pintura. Exactamente eso: que parezca que hemos cogido la silla o la mesa y la hemos metido en un contenedor de pintura hasta un cierto punto, de forma que las patas quedan de un color diferente al del resto de la pieza.
Por la propia esencia de la técnica, el dip painting queda mejor en sillas, mesas, taburetes y demás muebles con patas, aunque también se está empezando a reproducir en otro tipo de objetos que no son muebles. Y si no, mira lo bien que queda en estas cucharas de madera. Una forma muy original y sencilla de decorar la cocina, ¿verdad? Píntalas, cuélgalas de la pared y ya está.
Elegir el color y dar en el clavo
También es importante la elección del color. Hay veces que es mejor elegir un color intenso, un punto radical, que no deje a nadie indiferente y que llame poderosamente la atención. Es lo que ocurrió con el mueble naranja que te enseñamos a pintar hace algún tiempo.
Sin embargo, en otras ocasiones, son preferibles los colores pastel y los tonos claros. Estas gamas suelen quedar muy bien en ambientes decorados con estilo escandinavo, por ejemplo, ya que combinan bien con el blanco y con los ambientes relajados que los caracterizan.
Cuando tengas que decidir los colores que vas a usar en tu proyecto dip painting, deja volar tu imaginación. Una idea: los dorados y plateados quedan genial en las patas.
Un trabajo increíblemente sencillo
Para que veas lo fácil que es pintar un mueble con la técnica del efecto sumergido, voy a enseñarte un trabajo muy especial. Se trata de un banco de jardín que, además de sus cuatro patas, tiene travesaños entre ellas.
Lo primero que hay que hacer es pintar las patas del color elegido. Antes lija las patas para prepararlas para la pintura y después elimina el polvo resultante limpiando con un trapo. En el caso de este banco se pintaron patas y travesaños de un bonito color azul marino.
Puedes utilizar pintura en spray o pintarlo con brocha, como prefieras. Incluso puedes utilizar la famosa Chalk Paint para lograr un acabado supermate (en este caso no tendrías que lijar previamente la pieza. La Chalk Paint agarra sobre cualquier superficie). Aplica mejor dos capas de pintura, dejando secar entre capa y capa.
A continuación tendrás que tapar con cinta las patas y los travesaños, marcando en cada pata con cinta el límite hasta el cual llegará la pintura azul marino. Mide bien para que la medida sea la misma en las cuatro patas. Así parecerá que el banco ha estado sumergido hasta ese punto en pintura azul marino.
Pinta el resto del banco con pintura gris, aplicando dos capas, como en las patas. Deja secar, retira la cinta y el plástico y barniza todo el banco con barniz en spray mate. Ya solo tienes que ponerle una colchoneta bonita y… ¡listo para disfrutar!
El efecto contrario
Una forma de variar un poco esta técnica que también me parece genial es hacerlo al revés. Es decir, que las patas queden sin pintar, como si lo que se hubiera sumergido hubiese sido el cuerpo del mueble. Ahora bien, esta variante de la técnica solo funciona cuando los muebles son de madera, de forma que las patas se quedan con ese bonito color natural de la madera.
¿Qué te parece la técnica del dip painting? ¿Te animas a ponerla en práctica?